viernes, 1 de abril de 2011

LA NARRACIÓN EN LA HISTORIA

Después de leer la Lectura, es muy importante en la historia  la narración como una herramienta necesaria para el trabajo de la historia que se adentre a lo pensamientos y a los conocimientos, y no solo elaborar textos como se pueden elaborar trabajos como una cronología, o la una sucesión de acontecimientos, implica comprender, interpretar y explicar procesos, circunstancias, pensamientos, acciones, deseos, conductas, comportamientos, intenciones y sentimientos, estructuras e instituciones que, al mismo tiempo, son causas y efectos, con múltiples relaciones entre sí con el que cuenta la historia selecciona y fija para decidir el contenido y la organización del relato.

Es necesario que tenga varios elementos contiene dos elementos fundamentales: comprender las acciones de los hombres a partir de las causas que la motivaron, explicación por razones, y examinar las causas que provocaron tal o cual acontecimiento lo que involucra un proceso de selección de los factores que lo causaron, análisis de tipo causal y un modelo nomológico. El estudio histórico busca un punto de equilibrio entre una y otra mediante el uso de conceptos y las pruebas materiales que ayuden a escribir la historia, ello implica la construcción de la trama; el ordenamiento de los conceptos, los  problemas, las hipótesis de trabajo y las fuentes sobre las que operan unas y otras. Por eso, el relato o la narración “hace más que relacionar acontecimientos dentro de su aparición” e involucra frases que se emplean en pasado y enunciados irreductiblemente narrativos, es decir, un lenguaje, una disposición del pensar y del hablar. Así, parte de la especificidad del conocimiento y de la narración histórica reside en la clase de frases que utiliza, el tiempo en que se narra la acción o hecho  e incluso cierto tipo de conectivos entre proposiciones se podrían ser más recurrentes en la narración histórica

Pero sobre todo ha destacado la naturaleza de la obra histórica, definiéndola como “una estructura verbal en forma de discurso en prosa narrativa” que combina varios elementos, entre ellos cierta cantidad de datos, conceptos teóricos, que ayudan a explicar, esto es, a convertir los datos en hechos históricos, las relaciones que contienen y una estructura narrativa mediante los cuales se presentan como “la representación de acontecimientos que supuestamente ocurrieron en el pasado”  la narración dota al discurso histórico de un “contenido estructural”.

Las  narraciones que operan de manera implícita, sea provocado por el habitus o por formas culturales de interpretación arraigadas en la construcción e interpretación de los relatos El proceso de la investigación y la producción de la narrativa histórica conducen a la toma de conciencia de la representación que hace el historiado en este proceso nos parece que el mapa conceptual tiene mucho que aportar. La visualización de la trama histórica y la red de relaciones expresada con un cierto orden y estructura a través de las relaciones y la jerarquía, prefiguran al texto a construir, permite imaginar o visualizar la narrativa en construcción.

Fabricar y escribir el texto significa organizar los datos y los conceptos, la red de relaciones entre unos y otros, precisar sus significados, fijar el encadenamiento lógico y, de esta manera, interpretar, explicar y conocer la realidad. El pensamiento histórico es la representación del pasado histórico y su materialidad puede traducirse en diversos soportes, especialmente el texto impreso porque está ha sido la manera más usual de comunicar sus resultados. La narración histórica es una vía posible para hacer comprensible el pasado porque pretender fijar y acotar una explicación, una interpretación, pero no es la única ni la más verdadera porque la calidad, la particularidad, la materia misma de historia sólo puede conocerse mediante aproximaciones.

El mapa conceptual puede ocupar un lugar fundamental dentro de la narración histórica y constituirse en un modo de acceso al conocimiento histórico y legitimarse y validarse ante la comunidad académica. En efecto, el mapa conceptual puede transformarse en un soporte para la construcción del conocimiento histórico, en un medio y no un fin. El asunto de la validez y de la legitimidad de la narración no depende del uso correcto o incorrecto del mapa conceptual sino de los procesos de construcción de la narración. En otras palabras, su importancia como herramienta para establecer y fijar la narración histórica debe ser establecida por el trabajo del historiador. Es una herramienta que genera estrategias para construir un saber.

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